Saluut. Seguimos chuleando. Porque somos así de chulos. Y es que es para estar orgullosos de la suerte que tenemos. Orgullosos de conocer a Reginald Vilardell, (batería), que nos presentó a sus amigos David Giorcelli (piano) y a Lluís Salvador (bajo). Hechas las presentaciones, se pusieron a tocar... y de qué manera!. Tres virtuosos al servicio de la música, con mayúsculas, con sabor a años 20, 30, 40... Por momentos, el Mamíferos parecía uno de aquellos clubs de Chicago, en aquellas épocas en que la música en directo era un regalo, un servicio más, a parte de las copas. Puede ser que haya gente que no distinga entre estar delante de tres currantes de la música, derrochando luz, ritmo y sensibilidad, o estar en un karaoke o en una discoteca, con ruido de fondo y gritando para manener una ¿conversación? sobreponiéndose al "estruendo". Gente así la hay. Gente que, a lo mejor, luego es capaz de pagar 40 Eurazos para ver al idolillo de turno y poder decir "yo estuve allí"... Para gustos, los colores, pero, señoras y señores, nosotros estuvimos aquí, con entrada libre y acceso a lo que modestamente entendemos como música de calidad. Gracias a los BOOGIE TWO, (que eran tres, y entonces se llamaron BOOGIE BOOGIE BLUES), y que son, junto a muchos otros como ellos, los que pican piedra, por amor a la música. Que nadie se equivoque: la crisis es otra cosa: ésto sólo es música, nada más y nada menos...
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